El alza de violencia en el país continúa

En lo que va del 2019, hay nuevo récord de homicidios
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) dio a conocer que el país presenta niveles de violencia sin precedentes en lo que va del año, pues hay un total de 17 mil 608 víctimas de homicidio y feminicidio en el primer semestre del 2019. Se trata de una tasa de casi 14 asesinatos por cada cien mil habitantes, nuevo récord en al menos 22 años.
La cifra de víctimas de homicidio y feminicidio registrada en junio de este año representó un promedio diario de 102.6 asesinatos. Con ello, se advierte que en el país no se ha podido contener el incremento de violencia que se ha presentado desde hace cuatro años, según la SESNSP.
Invitan a buscar la protección divina
Vivir con miedo no es una opción sana. Nadie debería estar preso a las amenazas o al temor sobre lo que podría venir. Por esa razón, la Universal celebra todos los miércoles una reunión donde es posible entender el lado espiritual de estos acontecimientos y blindar el alma haciendo un pacto con Dios.
La invitación es para este miércoles a las 7 de la noche en Av. Revolución núm. 253, col. Tacubaya, en la Ciudad de México, o en la Universal que quede más cerca de ti puedes ver la direcciones dando clic aquí
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Estuvieron en peligro por la delincuencia, pero Dios los protegió

«Ya conociendo el poder de la fe, Dios me protegió de dos asaltos fuertes. En uno de ellos cuatro tipos se subieron al transporte público, golpearon a algunos pasajeros y dispararon contra otros. Una bala que iba directo a mí, por alguna razón, se desvió y no me tocó. El Señor Jesús guardó mi vida. En el otro asalto a todos les quitaron sus pertenencias menos a mí, fue como si no existiera para ellos.» -Cristal Solís

«Soy conductor de transporte colectivo. Actualmente, mi trabajo es peligroso por la inseguridad, pero Dios me ha guardado de esos siniestros. Un día, me asaltaron, el delincuente estaba muy violento, temí por mi vida, y en ese momento lo único que se me ocurrió fue levantar los brazos y decir: “¡Señor, estoy en tus manos!”. El asaltante se quedó confundido, entonces bajó el arma diciendo: “vete”, y ya no me hizo nada.» -Ricardo González
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