Divorcio emocional: siguen juntos, pero son como extraños
Este tipo de separación no se da de la noche a la mañana
Cuando se habla de divorcio, por lo general, se piensa que se refiere a una separación física. No obstante, existe otro tipo de ruptura que es igual o más dolorosa para las parejas, pero que conlleva a seguir juntos: el divorcio emocional.
Según lo explicado por la psicoterapeuta Yesie Romero, esta situación se describe como el proceso en el que una persona comienza a desconectarse emocionalmente de su pareja, mientras todavía se encuentra en la relación.
La especialista refiere que el divorcio emocional no es algo que se da de la noche a la mañana, más bien se va gestando a lo largo de la relación. «Así que no se puede decir que la situación se tomó por sorpresa, ya que con el tiempo las señales de que un distanciamiento se está dando son bastante evidentes», agregó.
Romero refiere que estas son algunas acciones que indican que estás bajo un divorcio emocional: «Hay provocaciones mutuas, con trato y vocabulario hostil, episodios de gritos, además de abuso físico o verbal, incluso la intimidad en la pareja cada vez es menos frecuente», dijo Romero.
Ahora bien, la especialista advirtió que al detectar un divorcio emocional, sino se hace algo al respecto se llegará, sin duda alguna, al divorcio legal.
Cuida tu amor todos los días
Para mantener la llama del amor viva, expertos aconsejan:
- Sé sincero y da lo mejor de ti
- Recuérdale cuánto le admiras
- Si son sanas, no te opongas a sus aficiones
- Crea un vínculo de respeto y confianza
- Crea recuerdos buenos a través de las experiencias
«La falta de comunicación deterioró nuestra relación»
«A pesar de estar casado, tenía muchos problemas con mi esposa por la desconfianza que había entre nosotros. Hubo golpes, roces y ofensas por parte de los dos.
Económicamente, a pesar de que ambos trabajábamos, nos endeudamos porque nuestro sueldo no alcanzaba y si no tenía para pagar la colegiatura de la escuela de mis hijos, mucho menos para alimentarlos bien.
Al rodearme de malas amistades empecé a tomar hasta altas horas de la noche, incluso, llegaba a casa de madrugada.
Interiormente me sentía frustrado porque la familia que había imaginado no se parecía nada a la de mi realidad.
Cuando mi esposa conoció la Universal, me invitó. Desde el primer momento que asistimos me sentí bien y, perseverando, mi vida cambió en todos los sentidos.
Fue algo extraordinario, ya que, al usar mi fe, mi esposa y yo arreglamos nuestros problemas matrimoniales, ahora hay confianza, amor, respeto, cariño, comunicación… ¡es muy diferente!
Solo Dios pudo renovarme por completo.» -Filiberto Pérez
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