Disminuye el consumo de frijoles por estigma social

El consumo de frijol en México ha disminuido en las últimas décadas. Según Amanda Gálvez Mariscal y Elvira Sandoval Bosch, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esto es por el estigma de considerarlo comida de pobres, por lo que varios se inclinan a consumir alimentos procesados.

De acuerdo con el Panorama Agroalimentario 2021 de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, en 1980, la ingesta anual por persona era de 16 kilos. Mientras que en 2021 descendió a 9 kilos.

«Al frijol lo menospreciamos al considerarlos “comida de pobres” y estamos cometiendo un gravísimo error; son fuente de proteína», destaca Gálvez Mariscal, académica del Posgrado en Ciencias Bioquímicas.

Consumirlos, al igual que las tortillas, es ingerir proteína que no tiene colesterol, baja en grasa y que, al combinarlos con la proteína de los cereales, se obtiene prácticamente el mismo valor nutrimental de la carne.

Por su parte, Elvira Sandoval Bosch explica que las lentejas, habas y garbanzos también son estigmatizados por ser productos económicos: «Pensamos que si no somos pobres, no tenemos por qué estar consumiendo estos alimentos, lo que es muy falso».

Te sugerimos: UniSocial preparó grandes sorpresas para personas sin hogar

Importancia alimenticia de los frijoles

Las leguminosas son esenciales para una alimentación rica, variada y nutritiva. El frijol es el representante principal de este tipo de alimentos en la dieta de los mexicanos.

En el marco del Día Mundial de las Legumbres, Gálvez Mariscal señala que estos alimentos son fuentes de hierro. Además, dado que aportan fibra, dan la sensación de saciedad: «Estudios demuestran que los colores que tienen los frijoles en su cascarilla son compuestos antioxidantes. Además, contienen almidón resistente a la digestión —que pasa intacto a la parte baja del intestino, donde se ubica la microbiota intestinal que lo utiliza—, lo que resulta fundamental para la salud», agregó.

Estos alimentos no son los responsables de los altos índices de obesidad en el país, sino el cambio en nuestra dieta al sustituirlos por los procesados, generalmente altos en carbohidratos, grasas y sal. Eso es lo que ha causado que México sea el país número 1 de niños con obesidad, que con el paso de los años podrían ser diabéticos, tener problemas de colesterol, etcétera.

«Por eso también tenemos un 11 por ciento de mortandad en casos de COVID-19, pues la obesidad implica que el organismo está inflamado y a ello se suma la inflamación causada por el virus SARS-CoV-2», alerta la académica.

Lee también: Delincuentes usan apps para cometer fraudes

Beneficio para la naturaleza

En cuanto a lo ambiental, las leguminosas son vitales. Gálvez Mariscal indica que su plantación contribuye a la producción responsable y la agricultura sostenible, pues tienen hongos y bacterias que forman nódulos en las raíces, las cuales absorben el nitrógeno del aire y ayudan a la fertilidad del suelo. Incluso, se pueden cultivar en la milpa; es decir, en un mismo espacio puede haber frijoles, verduras y plantas comestibles como los quelites.

Las diversas semillas contribuyen a disminuir el hambre y una vez que se cosechan y secan pueden durar mucho tiempo. También ayudan a reducir el desperdicio de alimento porque de las leguminosas se come casi toda la planta. Por otro lado, su cultivo no genera la huella del carbono que sí deja la producción de alimentos de origen animal.

Algunos no consumen frijoles u otras semillas porque les generan inflamación abdominal. Pero, Bosch añade que esto puede evitarse remojándolas un día antes de su cocción, cocerlas con especias como el comino o con hierbas como el hinojo o el cilantro.

Medita en: ¡No basta ser fiel, hay que nacer de nuevo!