Día Mundial de la Salud Mental: Pacientes recuperados del COVID-19 pueden sufrir depresión
Este 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental. Y este año, ahora más que nunca, se celebra cuando millones de vidas han sido afectadas por las consecuencias de la emergencia sanitaria de COVID-19.
Estos meses han sido difíciles para muchos…
Día a día nos enteramos de los retos que enfrenta el personal de salud por el temor de contraer el virus y transmitírselo a su familia; de las dificultades que tienen los estudiantes para adaptarse a las clases a distancia y la ansiedad que tienen por el futuro; «para los trabajadores, cuyos medios de vida se ven amenazados; para el ingente número de personas atrapadas en la pobreza o en entornos humanitarios frágiles con muy poca protección contra la COVID-19; y para las personas con afecciones de salud mental, muchas de las cuales están todavía más aisladas socialmente que antes. Por no hablar de la gestión del dolor de perder a un ser querido, a veces sin haber podido despedirse», destacó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con base en experiencias de emergencias pasadas, la OMS estima que se incrementarán las necesidades de apoyo en materia de salud mental.
Según la misma organización «los estudios en los tres países más países más afectados por el coronavirus —Brasil, Estados Unidos y México— indican que más de la mitad de los adultos sufren niveles de estrés asociados a la pandemia y que los primeros datos muestran que muchos lo sobrellevan consumiendo drogas y alcohol, creando un círculo vicioso que hace que las personas sean más dependientes del uso de esas sustancias y que aumenta los problemas de salud mental».
Pero no solo esto, Carissa Etiene, directora de la Organización Panamericana de la Salud, señala que «los pacientes que han dado positivo al COVID-19 no sólo sufren síntomas físicos, sino que muchos también experimentan insomnio, dificultad para dormir, desvarío o incluso depresión. […] Las investigaciones iniciales muestran que hasta un tercio de los pacientes que se recuperan pueden sufrir cambios duraderos en su estado de ánimo y padecer ansiedad o depresión».
¿Puedes ser libre de la depresión?
No todas las personas lo notan, pero la depresión es un problema espiritual. El hecho de ser exitoso en el aspecto sentimental, profesional o social no elimina la posibilidad de que alguien se deprima. Porque, a pesar de todos esos éxitos, el alma aún se siente vacía, solitaria y con dolor.
«Entonces, en la práctica, nosotros entendemos lo siguiente: el problema de la depresión es de carácter espiritual», explicó el obispo Renato Cardoso.
De acuerdo con él, el primer paso para ser libre de la enfermedad es entender que el problema está más allá de lo que los ojos pueden ver. Otro consejo es ignorar lo que las personas alrededor pueden decir, ya que la depresión es una enfermedad extremadamente grave, pero subestimada por muchos.
«La persona que sufre a causa de la depresión, normalmente, es malinterpretada. Y, muchas veces, hasta es juzgada como si fuera una persona que está actuando con liviandad, que no quiere trabajar, que es perezosa. Estos son términos que, muchas veces, el depresivo escucha. Y eso solo lo empeora, porque la persona se siente incomprendida y culpable. Por eso, ella quiere aislarse cada vez más de las personas cercanas», explicó el obispo Renato.
En consecuencia, la persona que ya se siente solitaria termina aislándose cada vez más. Por lo tanto, necesita buscar apoyo, no en quien la está juzgando, sino en el Señor Jesús.
«Usted quiere una vida diferente, pero no sabe cómo obtenerla. Por eso, hasta piensa en la muerte como solución. Pero nosotros vamos a ayudarle a liberarse de ese dolor, sin que usted tenga que quitarse la vida. El Espíritu de Dios va a hacer eso en su vida», afirma el obispo Renato Cardoso.
Si necesitas ayuda, acude al Templo de los Milagros, que se ubica en Av. Revolución núm. 253, col. Tacubaya, CDMX. O bien, acércate a la Universal más cercana a tu domicilio.
(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.
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