Día de las Madres: más que un regalo, un llamado a la honra

Anualmente, cada 10 de mayo, miles de hijos corren a comprar flores, perfumes o el «regalo ideal» para el Día de las Madres. Pero ¿será que eso basta?
La verdad es que, aunque esta fecha se ha transformado en un evento comercial, ningún recuerdo material puede sustituir lo que toda madre realmente desea: ser reconocida, amada y respetada todos los días del año.
El verdadero valor de una madre
La Biblia nos muestra la importancia singular de la figura materna. En Proverbios 31, leemos sobre la mujer virtuosa, cuya fuerza, sabiduría y amor sostienen el hogar. Ella cuida, enseña, intercede, se entrega. Y aun así, muchas veces, es olvidada en la prisa de la rutina.
Ser madre es más que engendrar una vida. Es acompañar cada paso, sostener firmemente en las caídas y muchas veces renunciar a los propios sueños para ayudar a los hijos a realizar los suyos. El amor de madre es lo más cercano que podemos experimentar del amor incondicional de Dios.
El mandamiento con promesa
En el quinto mandamiento, Dios nos ordena: «Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da» (Éxodo 20:12). Honrar no es solo obedecer cuando se es niño, sino respetar, cuidar, escuchar y valorar en todas las etapas de la vida.
Cuando un hijo elige ignorar este principio, no deshonra solo a su madre, sino al propio Dios. La falta de honra rompe vínculos y genera consecuencias —espirituales y emocionales— que pueden marcar generaciones.
Un homenaje que realmente importa
Este Día de las Madres, más que un bonito regalo, ¿qué tal ofrecer lo que ella más espera: tu presencia, cariño y gratitud?
En el marco de la fecha, este 11 de mayo, te invitamos a ti y a toda tu familia a participar en un momento especial de oración en el Templo de los Milagros y en todas las Universal. Será una oportunidad única para interceder por tu mamá, agradecer por su vida y pedir a Dios que continúe fortaleciendo tu hogar.
¿Quién ha ocupado el primer lugar en tu vida?
Sin embargo, es importante destacar que nada ni nadie debe ocupar el lugar de Dios en tu vida. Claro que debemos cuidar a nuestra madre; y una madre debe cuidar a sus hijos, pero ellos no pueden ocupar el lugar de Dios.
Sí, invita a tu mamá a esta reunión; o si es el caso, a tus hijos; pero, principalmente, ven poniendo a Dios en primer lugar, recordando a la madre espiritual que es la iglesia, la casa de Dios, y el resto Dios lo añadirá en tu vida.
Domingo de la Madre Espiritual
Así que, el próximo domingo ven a honrar también a tu madre espiritual, que es la iglesia.
Participa especialmente a las 10 a. m., en el Templo de los Milagros: Av. Revolución # 253, col. Tacubaya. O bien, en la Universal más cercana, para localizarla haz clic aquí.
Te recomendamos: Cuando las palabras duelen más que los golpes
comentarios