Descubra cómo Dios trabaja para su éxito

Incluso con situaciones de pérdida y aparente fracaso, Dios puede realizar liberaciones extraordinarias. Durante la reunión del Congreso para el Éxito (Nación de los 318, en Brasil), el obispo Edson Costa mostró el ejemplo de Saúl, cuando perdió las asnas de su padre y, desesperado, caminó durante tres días y pasó por cinco ciudades en busca de los animales, sin encontrarlos.

Lo que él no imaginaba es que eso ya formaba parte del plan de Dios y que de ese problema vendría algo grandioso. Al visitar al profeta Samuel, con la intención de descubrir dónde estaban las asnas, este reveló algo mucho más grande: que Dios lo había llamado para ser el líder de Israel. (Lea 1 Samuel 9).

«Cuando una persona tiene poco, valora demasiado lo poco que tiene, tanto que es difícil poner los ojos en algo más grande. Tal vez ese contrato, empleo, empresa se perdieron para que usted llegara a Dios», señaló el Obispo.

El profeta le reveló al joven Saúl que las asnas ya habían sido encontradas y que todo lo que es más precioso y excelente en Israel lo esperaba a él y a su familia. Sin embargo, aun con las buenas noticias que recibió, todavía se sentía inseguro:

“Saúl respondió y dijo: ¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante?” (1 Samuel 9:21).

«Samuel ya lo estaba viendo como el número uno, pero él todavía se estaba viendo como el último de la fila, disminuyéndose. Pero el profeta estaba viendo el futuro y no el presente. Deje de verse como un pobrecito, pues, de aquí en adelante, Dios va a actuar en su vida «, enfatizó el obispo Edson.

De la noche a la mañana, Saúl salió del prado y se fue al trono. Pero ese cambio ocurrió cuando fue consagrado:

“Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre. Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo” (Samuel 10: 6-7).

«Cuando el Espíritu Santo entra, Él cambia la mente, la visión; lo que era débil, cansado y derrotado se sale, y el Espíritu de victoria entra. La mente programada para el ‘no’, empieza a estar programada para el ‘sí’», explicó el Obispo.

Cuando Saúl volvió a casa, ya no era un chico campesino, sino que tenía la mente de un rey, espíritu de liderazgo.

Para recibir al Único que puede darle esa capacidad, participe en el Congreso para el Éxito, que se realiza en todos los Centros de Ayuda Universal, especialmente en el Santuario de la fe, en Av. Revolución núm. 253, Col. Tacubaya.

Los horarios son 7:30 a. m., 10 a. m., 4 p. m. y, especialmente, a las 7:30 de la noche.

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