¿Cuáles son las características que Dios busca en ti?

Estas son necesarias en caso de que quieras vencer

Mirar tu propia condición puede ser desalentador para muchas personas. Pero, tratándose de la fe, cuanto menos condición tenga una persona, mejor es para Dios. Porque son justamente ellos que para el mundo no tienen valor y que Él usa para Su gloria.

Pero, para eso, Dios necesita encontrar ciertas características en uno.

«También de los de Gad se pasaron a David en la fortaleza en el desierto algunos guerreros valientes, hombres entrenados para la batalla, que manejaban el escudo y la lanza. Sus caras eran como caras de leones, y eran veloces como las gacelas sobre las montañas» (1 Crónicas 12:8).

Los gaditas (de la tribu de Gad) eran llamados afortunados. Ellos eran hombres prósperos que se unieron al rey David y que poseían cinco importantes características, que son:

1. Valientes

Dios quiere ver la valentía en ti. Esa es la cualidad de quien enfrenta los problemas.

• Hombres de guerra para pelear

Estamos frente a la crisis y solamente los que son de guerra harán la diferencia, incluso ante este escenario desafiante.

• Armados con escudos y lanza

La Palabra de Dios es nuestro escudo. ¿Quieres ser protegido y que Dios esté contigo? Aférrate a ese «escudo». Y eso significa obedecer la Palabra, poner tu vida en ella y no dudar.

• Sus caras eran como caras de leones

¿Acaso tu rostro es como el de un león? ¿O cuando te ves al espejo tu imagen es de la tristeza, del pesimismo, de la duda y de la incredulidad? Dios quiere que tengas el rostro de un león porque él no muestra lo que siente, no demuestra debilidad. Además de un cazador, el león es un líder.

«El león, fuerte entre todos los animales, Que no retrocede ante nada» (Proverbios 30:30).

• Veloces como las gacelas sobre las montañas

Lo opuesto de veloz es lento. Por lo tanto, tenemos dos grupos de personas: los veloces y los lentos. Los lentos son los que miran su propia condición, prometen una cosa y hacen otra, no cumplen con su palabra, son lentos en su forma de actuar, en su trabajo, en todo lo que hacen. Por su parte, los veloces son los que obedecen la voz de Dios con prontitud.