¿Cuál es tu elección?

Todos tienen el derecho de hacer elecciones, que reflejarán positiva o negativamente a lo largo de su vida, y no fue diferente en la época de Cristo. Poco antes de Su Crucifixión, cuando Jesús estaba al lado de Barrabás, los líderes religiosos y la población tuvieron la oportunidad de liberarlo de aquella situación, pero, en lugar de eso, apoyaron Su condenación, aunque Él no hizo nada malo, conforme a lo que está escrito en el libro de Mateo, en el capítulo 27.

La votación

La Biblia relata que en aquella época, el gobernador Poncio Pilatos estaba realizando una fiesta y liberaría a un prisionero como forma de benevolencia al pueblo. Pilatos tenía que escoger entre Barrabás –conocido como ladrón– y Jesús, perseguido por sus milagros y que incomodaba a mucha gente.

El gobernador interrogó al Señor Jesús, que se mantuvo callado, lo cual lo dejó admirado: «¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?» (Mateo 27:17).

En los versículos 20 al 22, se muestra que el pueblo estaba siendo influenciado por las autoridades religiosas: «Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús. Y respondiendo, el gobernador les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos respondieron: A Barrabás. Pilato les dijo: ¿Qué haré entonces con Jesús, llamado el Cristo? Todos dijeron: ¡Sea crucificado!».

Este pasaje revela que los líderes religiosos manipularon a la multitud para que eligiera a Barrabás en lugar de Jesús. Esa actitud dejó a Pilatos sin reacción. Él solo lavó sus manos, mostrando que no estaba de acuerdo con aquella elección, pero que no podría impedir lo que el pueblo había decidido. Él sería un voto vencido, como está escrito en Mateo 27:24: «Y viendo Pilato que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: Soy inocente de la sangre de este justo; ¡allá vosotros!».

Hoy en día

La misma situación sucede actualmente.

¿Cuántas personas son manipuladas por escuchar a quienes no tienen principios y actitudes que coincidan con los valores de la familia y la Palabra de Dios? Muchos, en el medio cristiano, son influenciados por terceros y apoyan a las personas «del mal», incluso inconscientemente, sin evaluar los riesgos de su actitud para el futuro.

Necesitamos entender que, en aquella época, la multitud que optó por la crucifixión del Señor Jesús sabía exactamente lo que estaba haciendo.

Era improbable confundir los valores de un ladrón con los de Aquel que solamente hacía milagros y ayudaba a las personas. De la misma forma, es posible constatar esa diferencia hoy en día. Al final, las señales de manipulación están en el discurso de «odio al bien» en algunos movimientos.

No repitas el mismo error del pasado. Evalúa y pregúntate: ¿qué haría Jesús en tu lugar?