¿Cuál es la característica que Dios busca en ti?

Hay una característica que necesitan tener todos los cristianos que desean agradar a Dios. Esta se encuentra en todos los hombres mencionados en la Biblia que fueron elegidos por Él para un determinado propósito. Ellos tal vez no tuvieron otras virtudes, pero tenían la que, para Dios, es indispensable: la disposición.

A Gedeón, Dios le dijo: «Ve con esta tu fuerza» (Jueces 6:14); a Josué: «Sé fuerte y valiente» (Josué 1:6); cuando el profeta Isaías escuchó la voz del Señor preguntando: «¿A quién enviaré…?», Él de inmediato respondió: «Heme aquí; envíame a mí» (Isaías 6:8). ¿Qué muestran esas respuestas, sino disposición?

¿Tienes disposición para el bien o para el mal?

Una persona tiene disposición para ganar dinero, para hacer las cosas que le dan placer, para pasear e incluso para hacer lo incorrecto, como por ejemplo: mentir, traicionar, tener malos ojos. Tiene disposición para pasar la noche en una fila solo para ver a su artista preferido, pero no tiene disposición para pasar una noche en la iglesia buscando a Dios. Tiene disposición para hacer la voluntad de la carne, pero no para hacer la voluntad del Espíritu Santo.

No obstante, la Palabra de Dios es categórica al afirmar: «Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza» (Mateo 11:12).

¿Qué significa eso? Que el Reino de Dios es para quien se esfuerza, para quien tiene disposición de sacrificar su propia voluntad para hacer la voluntad de Dios.

Ser cristiano no es algo fácil, sobre todo en el mundo en el que vivimos. Ser cristiano es servir, es tener disposición para obedecer la Palabra, para mantener la vida en el Altar.

No des marcha atrás

El propio Señor Jesús afirmó: «Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame» (Lucas 9:23).

La cosa más difícil del mundo es negarse, decirse no a sí mismo. Hay cosas que no son pecados, pero es necesario privarse de ellos. Es lícito, pero no conviene.

El problema es que el tiempo hace que algunas personas den marcha atrás. El cansancio físico viene, es natural, pero no puede ser un cansancio espiritual. Espiritualmente hablando, nosotros debemos tener disposición. Hay cosas que no podemos dejar de hacer. Tenemos que ir de fe en fe, de sacrificio en sacrificio. Así es como tomaremos posesión de nuestra Salvación.

Para fortalecer tu fe y estrechar tu relación con Dios, participa en una de las reuniones que se llevan a cabo en la Universal más cercana a tu domicilio.