¿Cuál es el origen de los vicios?

Según el obispo Edir Macedo, las adicciones son un problema espiritual y se originan de tres formas:

Herencia: La adicción tuvo origen en la familia, un padre, abuelo, un tío u otro familiar que ya sufrió o sufre con los mismos vicios. El adicto no solo hereda el vicio, sino que tiene las mismas características de comportamiento que su familiar. Si los niños ven que los padres u otros miembros de la familia consumen drogas, pueden pensar que eso está bien. Ellos aprenden a comportarse según lo que observan, explica el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA).

Ataque espiritual: La adicción tiene un origen espiritual. ¿Cuántas mujeres perdieron a su marido por un vicio después de que otra mujer realizó una brujería para transformar su mente? ¿Cuántos profesionistas sufrieron envidia y perdieron todo por culpa de los vicios? El espíritu del vicio domina al adicto. La víctima cambia a la familia, a los hijos, al empleo, a sus sueños por la sustancia.

Pero ¿y la conciencia de la personas? El espíritu la destruye, transformando al adicto en su esclavo.

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Provocado por los vínculos: El vicio se origina por el ambiente que se frecuenta y las personas con las que convive. Muchos, por ir a lugares propicios y relacionarse con personas adictas, terminan dejándose llevar y caer en las adicciones, permitiendo que el espíritu del vicio entrara en sus vidas al exponerse.

Cura de los Vicios

Para ayudar a las problemas que tienen problemas con drogas convencionales y no convencionales, la Universal cuenta con la Cura de los vicios, que es una reunión en donde se enseña cómo se pueden superar los vicios por medio de la fe práctica en el Señor Jesucristo.

Si quieres ir a la reunión, acude los domingos a las 4 p. m. a Av. Revolución núm. 253, Col. Tacubaya. La entrada es gratuita. Para más informes acude a la sede más cercana.

(*) La Universal aclara que todos los conceptos emitidos en este sitio web, así como la programación de radio y de televisión, son cuestiones de fe, en modo alguno deben ser interpretados como elementos con atribuciones terapéuticas, sin demérito de la medicina, ni de quienes la practican. NO DEJES DE CONSULTAR A TU MÉDICO.