Cristianismo sin cruz
La vida cristiana sin aflicciones es lo mismo que el Cristianismo sin cruz
No podemos esperar otra cosa en este mundo sino aflicciones. Hoy pasamos por tribulaciones, mañana también, el mes que viene, igual, y así sucesivamente. Si llegamos a la vejez, con certeza, enfrentaremos desiertos, porque mientras no atravesemos el río Jordán de nuestras vidas, no descansaremos en la Tierra Prometida.
Entonces, en donde sea que estemos, ya sea en la ciudad o en el campo, en un país rico o pobre, en la ciudad o en un pueblo perdido, entre amigos o solos, enfrentaremos luchas.
Nunca nos libraremos del llanto, las traiciones y las dificultades. El propio Señor Jesús fue sincero al decir que aquí no tendríamos facilidades. Vea:
«En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, Yo he vencido al mundo» (Juan 16:33).
Por eso, necesitamos tener buen ánimo y fuerza, ya que así como Él venció todo, nosotros también venceremos. Tenemos esa preciosa promesa para aferrarnos en medio de las mayores pruebas de la vida.
La vida cristiana sin aflicciones es lo mismo que el Cristianismo sin cruz. ¿Es difícil? Nada de desistir. ¡Tenga buen ánimo!
Por Núbia Siqueira
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