Consecuencias de una mala postura
80% de los mexicanos tendrá lumbalgia en algún momento de su vida
La posición por el uso del celular, usar zapatos de tacón muy alto o sentarse mal pueden causar contracturas musculares y lesiones que pueden necesitar hospitalización.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el dolor de espalda, conocido como lumbalgia, ocupa la tercera posición en cuanto a causas de consulta: de 300 pacientes, 90 asisten por problemas de este tipo, estando entre las causas principales las cargas excesivas o la mala postura.
Oswaldo Ballinas, especialista en ortopedia y traumatología, indica que los principales problemas de columna en la etapa infantil se deben al peso de las mochilas debido a que «los huesos a esta edad se encuentran en formación y fácilmente se pueden deformar. Si bien los adultos jóvenes son los más propensos a tener padecimientos de este tipo, a los adultos mayores hay que atenderlos con mucho cuidado porque tienen otras patologías asociadas, como osteoporosis, artritis reumatoide, osteoartrosis, etcétera».
El ortopedista y traumatólogo Carlos Pereira aseguró que, aunque 80% de los mexicanos sufrirá una lumbalgia, solo 20% llegarán a la consulta médica, por lo que sugieren a la población aprender a manejar su columna y no abusar de ella.
Sentarse bien, ser conscientes de cuánto se debe cargar en la espalda, no abusar de los tacones y evitar el sobrepeso, entre otras, son algunas de las recomendaciones para mantener estable la columna.
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Estaba condenada a quedar paralítica
«Me caí desde un segundo piso. Esto me causó una lesión gravísima en la columna, se me desviaron dos discos que, con el paso del tiempo, dieron paso a la formación de una hernia discal. Esto me provocaba dolores fuertísimos, no me podía mover, incluso tenía que arrastrarme para desplazarme; pues no siempre había alguien de mi familia para ayudarme.
Visité demasiados médicos buscando una solución. No obstante, la respuesta era devastadora: “usted no volverá a caminar, la operación es de alto riesgo y no garantizamos éxito”. Gastamos muchísimo dinero en las consultas con los especialistas, tratamientos y médicos, tanto que incluso hubo ocasiones en las que nos quedamos sin comer.
Sin embargo, cuando pensé que ya no podía más, mi historia dio un vuelco inesperado: me hablaron de la fe en Dios y los resultados que esta trae. Mi hermana y mi mamá me trajeron al Templo de los Milagros; al estar en la reunión le pedí a Dios con toda mi alma que me sanara, era mi único recurso, no me resigné a estar enferma.
Perseveré, cada martes estaba puntual, así sucedió el milagro. Un día, tras una oración, recuperé la movilidad, fue algo extraordinario. Mi fe en el Señor Jesús me devolvió la salud. Hoy sé que solo con Dios lo puedo tener todo, pues hasta nuestra economía se restauró.» -Angélica María
(*) “La Universal aclara que todos los conceptos emitidos en este periódico, así como la programación de radio y de televisión, son cuestiones de fe, en modo alguno deben ser interpretados como elementos con atribuciones terapéuticas, en demérito de la medicina, ni de quienes la practican. NO DEJES DE CONSULTAR A TU MÉDICO”.
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