¿Cómo vencer al pesimismo y a la incredulidad?

Vea cuáles son los tres secretos para vencerlos

¿Cuántas veces has dicho las siguientes frases: “no puedo”, “no soy capaz”, “no va a funcionar”, “no sirve intentarlo”, entre otras? No todo el mundo lo sabe, pero estas son señales de que la incredulidad y/o el pesimismo están en su interior.

Estas dos cosas son verdaderos venenos para la fe y le impiden ver la grandeza del Altísimo. En la trayectoria del pueblo hebreo en dirección a la Tierra Prometida, ellos vivieron varias situaciones que mostraron sus efectos en la vida del ser humano.

Una de ellas fue cuando Moisés mandó a algunos hombres a espiar Canaán, para tomar posesión de ella. Ellos volvieron para contar lo que vieron, pero 10 de ellos fueron pesimistas e incrédulos. Solo dos de ellos, Josué y Caleb, mostraron un espíritu diferente y, por eso, entraron a la Tierra Prometida (lee todo en Números 13:25-33).

«Todos los días, existe una guerra espiritual en nuestra mente. En ella es que el mal logra vencerle. Él trabaja para que usted crea que nunca será alguien en la vida, que nunca va a vencer, que no es capaz, que nunca va a realizar su sueño. Y cuando no lo consigue, usa la boca de alguien para decir eso», explica el obispo Allan Sena, encargado de realizar la reunión del Congreso para el Éxito en el Templo de Salomón, Brasil.

Por eso, es muy importante estar atento y seleccionar bien sus compañías y lo que alimenta en sus pensamientos. «Su éxito o su fracaso están en la mente. Usted puede tener un título, capacidad, inteligencia, pero si es débil en la mente, si el mal domina su mente, se acabó», alerta.

Actitudes para cambiar

Para cambiar tu interior, el obispo Allan presentó tres actitudes que necesitas tomar para lograrlo.

1. Declara que en Dios todo lo puedes y no te rindas

«Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Filipenses 4:13).

2. Dios es fiel y tengo que ser fiel a mi pacto

«Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros» (Efesios 3:20).

3. Ten actitud y sé fuerte

«Levántate, porque esta es tu obligación, y nosotros estaremos contigo; esfuérzate, y pon mano a la obra» (Esdras 10:4).

El Señor habló contigo, te bendijo, te liberó. Pero ¡ahora necesitas actuar, poner tus ideas en práctica, ser fuerte! Y recuerda: Dios no va a hacer lo que tienes que hacer.