¿Cómo tener la mente de Cristo?

Hoy en día, las personas están influenciadas por muchas ideologías, creencias y temas que involucran todas las áreas de sus vidas. Tales como el matrimonio, la carrera y la familia. Son tantas las ideas y opiniones que surgen, que muchos se sienten perdidos y sin saber lo que realmente quieren para su vida.

Este tipo de situación es común en la vida de las personas que aún no tienen la mente del Señor Jesús. Después de todo, quienes la tienen no viven sin dirección, porque el propio Dios guía sus pensamientos y actitudes. Por eso, es común ver en las Iglesias cristianos desorientados.

¿Es posible pensar como Cristo?

Una persona posee la mente de Cristo cuando recibe al propio Jesús en su interior, por medio del Espíritu Santo. Como está escrito en 1 Corintios 2:16: «Porque ¿quién ha conocido la mente del Señor, para que le instruya? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo». El Espíritu Santo es el mismo Espíritu que Jesús dejó cuando regresó al Padre. Para que los que le servían no se sintieran desconsolados y perdidos, como está escrito:

«Estas cosas os he dicho estando con vosotros. Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.» (Juan 14:25-26).

El Espíritu Santo dirige las actitudes, proyectos y sueños de quien Lo recibe. Así, comienza a vivir los mismos sueños de Dios y anhela hacer la Voluntad del Altísimo, como discípulo de Él. «Cuando una persona nace del agua y del Espíritu Santo, se convierte en discípulo de Jesús. Recibe la mente, los pensamientos y la Voluntad de Dios. Porque, ¿cómo le guiaría Dios sin Su Espíritu y Su Mente? ¡Imposible!», dijo el obispo Edir Macedo.

El obispo agregó que quien tiene la mente de Cristo tiene el mismo ideal que Él. «El ideal de Dios, que es salvar almas, es algo exclusivo de aquellas personas que nacieron del Espíritu Santo. Porque quieren transmitirles a los demás lo que recibieron de Dios. Quienes tienen pensamientos de lo Alto quieren vivir de acuerdo con la Voluntad de Dios ante las personas y las elecciones».

El Ayuno de Daniel

Para quienes no tienen acceso a la mente de Cristo, el Ayuno de Daniel es el propósito indicado para esto. A través de él, es posible fortalecer la relación con el Altísimo para dejarse guiar por Sus pensamientos.

El Ayuno de Daniel se basa en el capítulo 10 del libro bíblico de Daniel. Este relata que el profeta Daniel decidió ayunar durante 21 días para buscar el favor, la sabiduría y el entendimiento de Dios:

«En aquellos días, yo, Daniel, había estado en duelo durante tres semanas completas. No comí manjar delicado ni entró en mi boca carne ni vino, ni usé ungüento alguno, hasta que se cumplieron las tres semanas» (Daniel 10:2-3).

Esta campaña espiritual se llevará a cabo a partir del 1 de agosto. Serán 21 días de ayuno espiritual en los que los participantes realizarán una desintoxicación de información y entretenimiento secular para dedicarse al fortalecimiento espiritual y el recibimiento del Espíritu Santo. «El Ayuno de Daniel es para las personas que desean renovarse en su fe y para las que aún no han sido bautizadas con el Espíritu Santo. Es para que se sumerjan en las aguas del Espíritu Santo y sean llenos de Él», dijo el obispo Macedo. Y agregó: «usted sumergirá sus pensamientos en los pensamientos de Dios, que es Su Palabra».

Prepárate

Aprovecha esta oportunidad para recibir el mayor milagro y renovar tu interior y tu mente. Y si ya has tenido el Nuevo Nacimiento, aprovecha para fortalecer tu comunión con Dios.

El objetivo principal del propósito es contribuir al cambio interno. Así que no esperes hasta el día oficial de inicio del Ayuno de Daniel para cambiar. Evalúate ahora y renuncia a lo que te impide recibir el Espíritu Santo o que Él sea avivado en ti. Durante el propósito, tendrás grandes experiencias y, al final, verás el poder del Cielo, como en Hechos 1:8: «pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra».

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