«¿¡Cómo era posible que aún siendo médico, tenía un tumor!?»

«Usted tiene cáncer», para cualquier persona, escuchar esas palabras son como oír una sentencia de muerte. Pero, si quien las oye se trata de alguien que durante gran parte de su vida ha diagnosticado y rescatado la vida de miles de personas es aún peor.

María del Rocío es médico general y, para ella, fue muy difícil escuchar que tenía un tumor cerebral invasivo y que prácticamente no tenía cura.

¿Qué se puede hacer después de oír palabras que solo sentencian y dejan a uno desahuciado? Lo que la señora María sintió fue impotencia e indignación, ¿para qué tanto esfuerzo si a final de cuentas su vida estaba terminando en fracaso?

Pero, la doctora María del Rocío encontró un camino.

Sin nada que perder, el camino de la fe y la indignación la llevaron a atreverse a participar en la Hoguera Santa de Israel. Y las puertas se abrieron no solo en su salud, sino en mucho más de lo que podía imaginar.