¿Cómo dejar de sentirte la víctima en todas las situaciones?
¿Te sientes incomprendido constantemente, abandonado, sin valor y crees que nadie te da atención? ¿Tienes la sensación de que todos están en tu contra? Cuidado: puedes estar siendo víctima de tus emociones. Es como alguien que escucha canciones que te hacen recordar malos momentos para estar «tocando en la herida» de la tristeza. Quien se deja esclavizar por los sentimientos siente pena de sí mismo y se entrega a la victimización.
Las emociones forman parte del ser humano, entonces, es normal que te alegres, te entristezcas e incluso te desahogues, dependiendo de la situación que estés enfrentando. No obstante, esas no son las herramientas para solucionar los problemas, pues pueden multiplicarlos. Además de eso, las decisiones tomadas con base en las emociones, con seguridad, son irracionales. En cambio, la razón ignora sentimentalismos y decide por medio de la lógica de los hechos, pero, para eso, es necesario tener equilibrio y no dejarse dominar por los sentimientos. El problema comienza cuando las emociones son exaltadas y puestas por encima de la razón.
El sentimentalismo hace que la persona que lo alimenta nutra complejos de inferioridad, de incapacidad, rencores, deseo de venganza, celos, entre otras emociones negativas. Cuando es alimentado, ese tipo de pensamiento neutralizan la fe. Observa la reacción del Señor Jesús cuando el diablo intentó hacer que Él tuviera pena de sí mismo: «Y tomándole aparte, Pedro comenzó a reprenderle, diciendo: ¡No lo permita Dios, Señor! Eso nunca te acontecerá. Pero volviéndose Él, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.» (Mateo 16:22-23). La actitud de Cristo fue reprender el intento de que Pedro hiciera que sintiera pena de Sí mismo.
Es de esa manera como necesitamos actuar, reprendiendo sentimientos y guiarnos por la fe.
La autocompasión es lo mismo que la autodestrucción. Todos los que le ponen atención a las Sagradas Escrituras se basan en lo que está escrito, en la fe inteligente, y no en lo que sienten o en lo que otros dicen, ni mucho menos creen o viven por medio de los cinco sentidos (vista, oído, gusto, olfato y tacto).
Te puede interesar: Dependa del Espíritu Santo
Responsabilidad delegada
Otra característica de quien vive con base en las emociones y se entrega a la victimización es delegar los problemas: la persona tiende a esperar actitudes de terceros, pues desea que otros hagan lo que ella debería hacer. En lugar de racionalizar la situación, reconocer la existencia del problema y tomar la responsabilidad para sí misma, la persona sentimental espera que otros tengan la sensibilidad para cambiar y tomar actitudes. Como eso no sucede, pues el mundo no gira alrededor de nadie, el resultado es la acumulación de frustraciones. La persona sufre cada vez que fortalece la victimización y, si no reacciona por medio de la fe y de las actitudes racionales, se volverá un ciclo sin fin.
Vivir por la fe
El mundo enseña que debes seguir tu corazón, pero en realidad esa es una receta infalible para vivir frustrado e infeliz. Para ser una persona racional y usar la fe inteligente, la primera actitud es ignorar la voz del corazón y basarse en la Palabra de Dios: «Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá?» (Jeremías 17:9).
Ignorar la voz del corazón es, ante todo, reconocer que necesitas cambiar tu comportamiento y que tus actitudes te hacen sufrir y dejar de actuar y reaccionar con base en las emociones. Después, es necesario dejar de alimentar esos sentimientos por medio de pequeñas actitudes, como dejar de escuchar canciones e incluso personas que afloran ese sufrimiento y te desaniman. Ignora también los pensamientos que hacen que te veas como «pobrecito» y mejor piensa en lo que Jesús haría en tu lugar.
Además de eso, medita en la Palabra de Dios. «Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo» (Romanos 10:17). Esa es la respuesta para quien pregunta qué hacer para tener fe: escucha la Voz de Dios, pon en práctica las instrucciones divinas y la fe sobrenatural, capaz de vencer y cambiar cualquier situación, así ella nacerá dentro de ti.
E, no menos importante, deja de poner tus expectativas en las personas y pon todas tus esperanzas en Dios: «Bueno es el Señor para los que en Él esperan, para el alma que le busca.» (Lamentaciones 3:25).
Decide cambiar hoy mismo, pídele a Dios en oración que te guíe y fortaleza en esta decisión. Haz lo que necesitas hacer y disfruta una vida basada en la fe genuina, inteligente y espiritual, que solo espera en Aquel que no decepciona.
Sigue meditando en: FE ÚTIL VS. FE INSERVIBLE; ¿QUÉ TIPO DE FE ES LA SUYA?
comentarios