¿Cómo debemos acercarnos a Dios?

Tal condición es esencial para quien quiere casarse con el Altísimo

Tal vez ya debes haber participado en una ceremonia de matrimonio o al menos haber visto una en una película. En un determinado momento de la celebración, el pastor dice la frase célebre: «Si alguien se opone a esta unión, que hable ahora o que calle para siempre». En caso de que uno de los novios tenga una vida doble, con seguridad ese momento será tenso. Y este miedo a ser expuesto(a) viene porque su conciencia lo acusa. Él/ella sabe que vive en el error.

Y, de la misma manera, que una vida recta y, consecuentemente, una buena conciencia es necesaria para un matrimonio entre un hombre y una mujer, lo mismo sucede con una alianza con Dios.

Las Santas Escrituras refieren: «acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. […] Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados» (Hebreos 10:22-23, 26).

El Señor Jesús reveló el secreto para una vida pura delante de Dios: «No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en Mí.» (Juan 14:30).

Al respecto, el obispo Renato Cardoso explicó que al Señor Jesús no le preocupaba en absoluto el acercamiento de satanás (el príncipe de este mundo), porque Él sabía que el maligno no tenía nada de qué acusarlo. Cuando Jesús declaró «él nada tiene en Mí», en otras palabras estaba diciendo: «Estoy limpio».

Y, de igual modo, de acuerdo con lo que explicó el obispo, debemos aproximarnos a Dios, acercarnos al Altar. Y una «conciencia limpia» es resultado de una vida en obediencia y sacrificio a Dios. Es decir, no vivir deliberadamente cometiendo pecado.

«Cuando usted tiene esa conciencia limpia y pura, se acerca con confianza al Trono de la Gracia, con completa certeza de fe de que la promesa se cumplirá en su vida», señaló el obispo.

Anulando el sacrificio

Al tener conocimiento de la Verdad —de que Jesús murió por nuestros pecados— la persona que cree, verdaderamente, y se arrepiente de la vida libertina en la que vivía, recibe de Él el perdón y el llamado para una vida de santidad. Él llama para abandonar toda la impureza, haciendo eso, la persona se purifica y decide seguir una vida pura delante de Dios.

Sin embargo, el obispo explicó, de acuerdo con lo que está escrito, que si después de eso, voluntariamente, la persona vuelve a vivir en el pecado, ella «dice» con esta decisión que no tiene valor lo que Jesús hizo por ella. «No es porque Jesús murió en la cruz por nuestros pecados que ahora tenemos permiso para pecar. La vida cristiana exige sacrificio e impureza», enfatizó.

Prepárate para esta boda

Así como la esposa, nos estamos preparando para el próximo domingo 23 de agosto, cuando se llevará a cabo la Fiesta de las Bodas del Cordero. Cuando una persona se va a casar, cuanto más cerca la fecha, más empeñada se muestra para este gran día. Aprovecha esta semana y haz una limpieza en tu vida. Libérate del rencor, del orgullo, de los malos ojos, es decir, divórciate de todo el pecado. Así, estarás listo para asumir una alianza con Dios. Participa a las 7 a. m., 9 a. m., 11 a. m. o 6 p. m. en el Templo de los Milagros, Av. Revolución núm. 253, col. Tacubaya, CDMX. Consulta en la Universal más cercana a tu domicilio