¿Cómo amenizar el aislamiento social de los adultos mayores?

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona de la tercera edad es todo individuo con 60 años o más. En México, más de 12 millones de personas están incluidas en este rango de edad —alrededor del 12 % de la población—, según la proyección del Consejo Nacional de Población.

A causa de la pandemia del COVID-19, esa población ha sentido los efectos del distanciamiento social. Entre los adultos mayores sobran inseguridades no solo con respecto a los cuidados con la salud física, teniendo en cuenta que ellos pertenecen al grupo de riesgo de la enfermedad, sino también con la salud mental.

Y no es para menos. El geriatra Samuel Guimarães aclara que «el adulto mayor, por una cuestión fisiológica, posee cierta vulnerabilidad con respecto a las demás personas» y que, para que su salud sea preservada, fue insertado en un aislamiento social exhaustivo que, muchas veces, contribuye a su empeoramiento clínico y mental, ya sea por la imposibilidad de acceso a los servicios de salud —ambulatorios y hospitalarios—, o por interferencia psicológica, que causa o agrava, muchas veces, enfermedades psicosomáticas, como la depresión y ansiedad, y enfermedades preexistentes, por ejemplo.

Por eso, el especialista refuerza que es importante adoptar cuidados para que el distanciamiento social no signifique un distanciamiento afectivo: «Es importante intensificar el contacto y la atención al adulto mayor a través de los medios de comunicación tecnológicos para establecer conversaciones frecuentes, escuchar sus deseos y demostrar cuán querido es por sus familiares.

Tenemos que utilizar ese nuevo tipo de relación social como una oportunidad para aumentar el lazo afectivo y el acogimiento del adulto mayor que, a veces, termina quedando en segundo plano en el ajetreo del día a día. En gran parte, estos pequeños gestos de cariño serán suficientes para suplir la ausencia de contacto físico y mejorar las enfermedades psicosomáticas».

Grupo Caleb

La Universal cuenta con un proyecto para fortalecer espiritualmente a los adultos de la mejor edad. Muchos, cuando llegan a cierta edad, piensan que ya no tienen nada que aprender o cambiar. Muchas veces se sienten olvidado, pero el grupo Cale, por medio de diversas actividades, rescata esos valores e incentiva a cada uno a mirar y cree en sí mismo. Ellos son incentivados a hacer nuevas amistades, los cual incrementa la convivencia social. En la parte espiritual, son fortalecidos con reuniones y, durante la cuarentena, reciben desafíos semanales para que siempre estén en la fe.