Chris Evans revela que tiene crisis de ansiedad

Él explica las dificultades que ocasiona la enfermedad al lidiar con su vida profesional

Uno de los hombres más queridos en la actualidad, el actor Chris Evans, reveló que, por poco, la ansiedad no le impidió protagonizar el mayor éxito de su carrera: el Capitán América, en las películas de Marvel.

De acuerdo con sus entrevistas, Chris Evans rechazó el papel varias veces por miedo a su futuro como protagonista en la serie de películas. El contrato sería válido durante diez años y nueve películas (que se redujeron a seis). Además, Evans tenía que realizar giras promocionales, dar entrevistas, tomarse fotos y vender productos.

Todo esto despertó en él una enfermedad: la ansiedad. Él fue diagnosticado, fue a terapia, pero aún sufre por la enfermedad.

«Me pongo ansioso con respecto a algunas cosas. Ansioso con la prensa y cosas parecidas, todas estas cosas que necesito hacer porque se relacionan con las responsabilidades con Marvel», contó en un video publicado en Youtube.

A pesar del éxito de su personaje, incluso en la última película en la que interpretó al Capitán América, el actor tuvo crisis de ansiedad. Una de estas sucedió en el preestreno mundial de la película Avengers: Endgame. Él llegó al cine en el coche ofrecido por el patrocinador, pero se congeló con la posibilidad de que algo saliera mal. Si no fuera por la ayuda del actor Robert Downey Jr., que lo acompañaba en ese momento, posiblemente Evans hubiera desistido de realizar el compromiso profesional.

Mal de millones

Así como Chris Evans, millones sufren por el trastorno de ansiedad. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 264 millones de personas de todo el mundo lo padecen.

En el caso del actor, la ansiedad fue desencadenada por la vida profesional. Pero otros factores, como la salud, la vida sentimental y la situación económica también pueden ser detonantes de la enfermedad. En otras palabras, la persona ansiosa tiene dudas con respecto al futuro —especialmente en relación a su propia capacidad de enfrentar situaciones que están por venir.

De acuerdo con el obispo Edir Macedo, «las preocupaciones forman parte del día a día del ser humano. Pero, en algunos casos, se vuelven tan intensas que muchos terminan realizándose tratamientos psicológicos y hasta psiquiátricos para amenizar la ansiedad. Y hay quienes no logran vivir sin los ansiolíticos o calmantes porque se volvieron dependientes de esos medicamentos».

No obstante, hay una forma de ser sanado y es por medio de la fe.

«¡La confianza en Dios es la cura para toda ansiedad! Al hablar sobre cómo el Padre Celestial alimenta a las aves del cielo y viste a los lirios del campo, el Señor Jesús quiso traer seguridad y tranquilidad para nuestra alma», explica el obispo. «Todos nosotros tenemos muchas necesidades, ¡y el Todopoderoso lo sabe! Lo que necesitamos hacer es buscar primero Su Reino y Su Justicia. Es decir, priorizar la voluntad de Dios y obedecer Su Palabra, y todas nuestras necesidades serán suplidas por Él».

Por eso, la Biblia orienta: «no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal» (Mateo 6:34).

¿Quieres aprender más del tema? Participa en una de las reuniones que se llevan a cabo en la Universal más cercana a tu domicilio.

Y, teniendo en cuenta esta situación, la Universal ayuda a miles de personas a liberarse de ese mal por medio del poder de la fe. Todos los viernes se realiza la Sesión de la Descarga Espiritual, en dicha reunión se realiza una oración especial para combatir la ansiedad y otros males semejantes, como la depresión, por ejemplo.

Las reuniones se llevan a cabo especialmente a las 7 p. m., en el Templo de los Milagros, que se ubica en Av. Revolución núm. 253, col. Tacubaya, CDMX.

Otros horarios: 7:30 a. m., 10 a. m., 12 p. m. y 4 p. m.

Si reside en uno de los estados de la República Mexicana, acuda a la Universal más cercana a su domicilio.

(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.