Células cáncerosas, ¿todos las tenemos?

El cáncer se origina en las células; lo normal es que estas envejezcan, mueran y nazcan unas nuevas; sin embargo, si se forman cuando el cuerpo no las necesita o las viejas no mueren, la acumulación de células da lugar a una masa de tejido que conocemos como tumor; no obstante, no todas las masas son cancerosas.

De acuerdo a la OMS, el cáncer es un proceso y diseminación incontrolado de las células y puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, además de provocar metástasis en diferentes puntos del organismo.

Aunque tanto hombres como mujeres, de cualquier edad, son propensos a tener cáncer, los especialistas afirman que el riesgo de padecerlo se puede reducir mediante cambios en el estilo de vida de las personas. Según el doctor Daniel González, especialista en Oncología Radioterápica, “el cáncer no es una enfermedad, sino que son más de 200 enfermedades diferentes, no tienen nada que ver entre sí y en cada persona se da de distinta manera. […] Cada persona tiene un riesgo individualizado de enfermar y cuando lo hace, lo hace de forma personalizada, por eso, quien no padece cáncer ha de hacer lo posible para prevenir su aparición y quien ya ha enfermado ha de buscar siempre las mejores soluciones a sus síntomas, a sus miedos, a sus preocupaciones y a su día a día con la enfermedad”. Si bien deben pasar muchas cosas para que una célula cancerígena se vuelva cáncer, la prevención como siempre, será tu mejor aliado.

“Por cáncer en la matriz, me dieron seis meses de vida”

“Por un abuso durante mi infancia, viví una niñez y adolescencia de sufrimiento que me llevó a tener pensamientos suicidas. Quería ser feliz y ni los brujos podían ayudarme.

Sin embargo, la depresión y la tristeza se acentuaron cuando supe que tenía cáncer en la matriz. Tenía dolor en el abdomen, el estómago me ardía y muchas hemorragias en las que arrojaba tripas.

El doctor decía que el cáncer era agresivo… y me desahució.

No obstante, seguí buscando brujos, pero solo agravaron mi situación.

Parecía que mi mente estaba dominada, creí que la brujería era la solución y, aunque sufría, confiaba que todo mejoraría. Pensaba qué, o era un caso perdido o algo estaba pagando.

Jamás olvidaré esa noche de insomnio cuando conocí la Universal. Me propuse venir y en cuanto llegué, sentí paz.

Perseveré usando mi fe, hasta que vi cambios positivos en mí. El Dios vivo me sanó del cáncer y de la depresión.

Para la ciencia me quedaban seis meses de vida, con Él, llevo cuatro años siendo feliz y gozando de buena salud. Valió la pena haber venido y buscarlo”, Alma Delia González.

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