Cada día, 41 personas se infectan de VIH en México

Y no todos saben que han contraído esta enfermedad

El pasado 1.° de diciembre, fue el Día Mundial de la Lucha Contra el SIDA. Para los periódicos y portales de noticias del país, las cifras no son esperanzadoras. Según el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/Sida, 1 de cada 3 mexicanos con dicha enfermedad no tienen conocimiento de que la tienen, y diariamente 41 personas son infectadas.

No son pocos los movimientos y fundaciones que luchan para evitar el contagio, sin embargo, no siempre es posible. Ya que la vía de transmisión sexual no es la única forma de contraer el VIH, también se dan casos cuando se comparten jeringas (en el caso de la inyección de drogas), material no esterilizado para tatuajes y transfusión de sangre (en el caso de los hospitales que no tuvieron cuidado con la sangre contaminada).

La pregunta es la siguiente: ¿hay posibilidad de ser curado del SIDA?

¿Por qué la fe y la oración ayudan en el proceso de sanidad?

Hablar de enfermedades no es fácil. Cáncer, diabetes, hipertensión, infartos, hepatitis, insuficiencia renal… son ejemplos de las enfermedades más comunes en los mexicanos, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística. Eso sin contar las menos comunes y que no tienen tratamiento.

Otro problema inherente a las enfermedades es el sufrimiento de quien está enfermo, sobre todo por la necesidad de querer buscar una cura, la cual la medicina no siempre puede ofrecer. Por eso, hay quienes dicen que es necesario aliar la fe con los procedimientos médicos.

Una investigación reciente de los hospitales Thomas Jefferson y el Medical College, en Pensilvania, Estados Unidos, mostró que la oración tiene efecto curativo. Según el jefe de la investigación, el doctor Andrew Newberg, el estudio, durante el cual se hicieron exámenes de resonancia magnética, señaló que hay poder en la oración.

Y no son pocos los testimonios que han demostrado que es posible liberarse de las afecciones a través del poder de Dios. Por eso, todos los martes se hace una reunión especial para quien solo ha escuchado palabras que lo han sentenciado y continúa soportando enfermedades desde hace meses y/o años. Puedes ser sanado por medio de tu fe en Dios. Inténtalo, las puertas están abiertas.

 No hay enfermedad crónica que se resista al poder de la fe

 “Por transfusiones sanguíneas, fui infectada de VIH. Ese fue el inicio de mi sufrimiento. Antes de eso, cuidaba a mis hijos y tenía una vida normal; enterarme de aquella noticia hizo que mi mundo se fuera abajo.

A partir de ese momento, la gente me despreció, entré en depresión y ya no sabía qué hacer. Fueron 13 años así. Solo vivía de casa al hospital con un tanque de oxígeno. Cuando uno está enfermo de cualquier enfermedad, se acaba el mundo, ya no hay vida, ya no hay nada.

Para mí era muy difícil saber que el padecimiento era terminal. En realidad, luchaba por mis hijos, si no fuera por ellos, me hubiera dejado morir.

Pero el sida no fue la única enfermedad, también tuve cáncer cervicouterino, osteoporosis y asma

Llegué al punto de pensar que ya no había solución, pero si había y la encontré en la Universal. Desde el primer día, noté cambios importantes en mí, una mejoría notable. Perseverando, por medio de mi fe, me liberé y fui sanada de todo lo que me hacía sufrir.

De los problemas que tuve en el pasado no queda nada. Dios me completó en todos los sentidos.

Yo te digo a ti, que estás pasando por lo mismo que yo o algo parecido, no dudes en venir a la Universal, aquí encontrarás la salida que buscas, solo si crees”.

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