Betel: la Puerta del Cielo

Hay algo importante que necesitas saber

Hubo un momento en la vida de Jacob, hijo de Isaac y nieto de Abraham, en el que tuvo que huir de casa.

Él corrió rumbo a tierras distantes sin saber qué encontraría en el camino. Era la primera vez que él dejaba su casa y estaba completamente solo.

En aquella época, no era común que un miembro de la familia se separara del grupo, porque la familia era más fuerte si estaba unida y mantendría la posesión de los bienes materiales y de las tierras.

Por eso, una persona solo dejaba a la familia si realmente era necesario hacerlo.

En Betel, Jacob estaba inseguro. El único objeto de valor que llevaba consigo era un poco de aceite. Él tuvo que usar una piedra como almohada para dormir. Entonces, en esta situación, Jacob comprendió que solo tenía a Dios en su vida y nada más. Por lo tanto, decidió hacer un voto con el Altísimo.

Puedes leer esta historia completa en el capítulo 28, del libro bíblico de Génesis.

¿Qué tiene que ver esta historia en tu vida?

Así como sucedió con Jacob, hoy en día, solamente los que le tienen fidelidad a Dios son completamente benditos, son los que poseen la puerta del cielo abierta sobre ellos.

Es por eso que, este mes de junio, en todas las Universal, todos los que desean tener una verdadera alianza con Dios podrán participar en el Voto de Jacob en Betel.

La fidelidad a Dios es el primer paso rumbo a una vida transformada. Fue lo que Jacob aprendió en Betel, cuando por primera vez en su vida se vio solo, lejos de la tutela, del confort y de la condición financiera de sus padres, y solo, en peligro, quedó en la dependencia de Dios. Él hizo un voto en Betel de seguir a Dios y de devolverle todo lo que llegara a sus manos de los primeros frutos. Iremos en esta misma fe hasta Betel.

Este mes, los nombres de los fieles serán llevados a Betel, en un acto simbólico de fe como lo hizo Jacob.