Basta de malas excusas

Parece que cuando intentamos definir y entender cuál debe ser el perfil de un hombre de verdad, surgen grandes dificultades para llegar a un acuerdo. Algunos dicen que el hombre se perdió en el juego y no sabe hacia dónde va. También hay quienes creen que los conceptos, que hasta hace poco tiempo definían al hombre, tienen que ser revalorados y alertan que eso puede contribuir para que recuperen el espacio perdido y puedan evolucionar. Tal vez, lo más correcto en este momento sea reflexionar un poco más sobre el tema.

Perfil

Si usted pregunta por ahí qué es ser un hombre, muchos responderán con convicción que es ser duro, ser firme o ser alguien que no acepta recibir órdenes de otra persona y que hace todo a su manera. Otros dirán que es ser superior a una mujer (algunos acostumbran hacer bromas sobre eso). Hay quienes insistirán que son los tipos que aguantan los golpes que la vida les da, no sienten dolor, no lloran ni reclaman nada. Pero tal vez esos perfiles están equivocados en algunos aspectos y en desacuerdo con lo que la realidad exige.

Espejo

Pero ¿de qué manera se forja un hombre con esas características? Puede ser que en algún momento de la infancia le haya faltado al niño un buen ejemplo paterno, por motivo del fallecimiento o de la separación de los padres, o que la postura del padre fuera maltratarlo o permitirle que hiciera todo, sin ponerle límites. La verdad es que el niño siempre es espejo del padre. Con la ausencia de este, el chico aprende con quién está más cerca y, muchas veces, puede no elegir la mejor opción. Puede ser el amigo que tiene casi la misma edad y sabe tan poco de la vida al igual que él; el tío que incluso intenta ayudar, pero que pasa más tiempo en la calle y termina no siendo una buena referencia; o hasta el bandido que recluta jóvenes para su negocio ilícito, por ejemplo.

Excusas

El hecho es que gran parte de los hombres usa las situaciones anteriores como una explicación para su comportamiento e incluso dice: “soy así porque pasé por eso y no voy a cambiar”. Usted incluso puede haber pasado adversidades, pero darse cuenta de que estas, además, le estorban en su vida puede ser la oportunidad para cambiar sus actitudes. Lo que usted no debe hacer es continuar justificando sus conductas porque pasó por acontecimientos como los que fueron citados anteriormente. Esta es una excusa poco convincente que no sirve más.

El primer paso

Eso no quiere decir que el hombre tenga que perder sus características masculinas. No es nada de eso. Él debe mejorarlas. Ser hombre es ser honesto, leal, generoso, sabe respetar a los demás e incluso tiene buen humor. Al final, ninguna mujer quiere pasar la vida con alguien que le falte al respeto o sea poco divertido. Por eso, revise su conducta y siempre use lo mejor que tenga. Pero, antes que todo, una postura es fundamental: deje atrás las características cuando era niño. Ser hombre es más que ser niño. Es ser responsable y entender la importancia de eso para sí mismo y para quien está a su alrededor.

Cambio

No tenga miedo de buscar ayuda. Converse con personas que tienen más experiencia y, en el día a día, aprenda a argumentar sabiamente sobre lo que usted piensa y quiere. Sepa intercambiar ideas, en lugar de imponer sus puntos de vista. Para eso, prepárese: lea, estudie y crezca mentalmente. Manténgase conectado con los avances de su profesión y trate bien a todos, sin distinción. Cambiar puede no ser fácil, pero el primer paso depende solamente de usted.

Un hombre maduro

¿Usted está satisfecho consigo mismo y con la manera que se comporta ante varias situaciones? ¿Cómo cree que Dios ve su madurez actualmente? ¿Usted ha sido maduro al grado de que Él le da otras bendiciones y responsabilidades?