«Aunque la higuera no dé frutos»
Vivimos días difíciles de tormento, incomprensibles a los ojos humanos, pero, independientemente de eso, la Iglesia del Señor Jesús no pierde nada y nunca perderá. Aunque todo, aparentemente, le sea quitado a aquel que es fiel a Dios, el Espíritu de Dios nunca le será quitado.
El cristiano que usa la fe inteligente cree en eso. A esa fe no le importa lo que los ojos físicos ven, sino lo que los ojos espirituales conservan. Aunque él sufra por las maldades y dificultades, él permanece inquebrantable, firme, hasta el encuentro con el Señor Jesús.
Él recibe el cumplimiento de lo que el Señor Jesús dijo en Su Palabra: «Aunque la higuera no eche brotes, ni haya fruto en las viñas; aunque falte el producto del olivo, y los campos no produzcan alimento; aunque falten las ovejas del aprisco, y no haya vacas en los establos, con todo yo me alegraré en el Señor, me regocijaré en el Dios de mi salvación» (Habacuc 3:17-18).
Sin embargo, al contrario de la persona que usa la fe racional, quien no está en Jesús sucumbe, muere y verá la justicia de Dios cumplirse tarde o temprano.
Por lo tanto, sean cuales sean los problemas que el fiel a Dios esté viviendo, es necesario darle las gracias a Él, porque a Su tiempo Él hará justicia. A Su tiempo, quien es fiel a Dios tendrá el placer de disfrutar de la justicia Divina.
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