Aprende de la tentación de Jesús
En el momento de la tentación, Jesús dejó enseñanzas valiosas sobre cómo vencer las dudas
Cuando Jesús fue llevado por el Espíritu Santo al desierto, sabía que enfrentaría a satanás frente a frente. Entonces, se preparó espiritualmente para eso, manteniéndose en ayuno durante 40 días y 40 noches.
Cuando el diablo apareció, sabiendo que Él estaba con hambre, dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan» (Mateo 4:3).
Siglos después, él usa la misma arma para derribar, engañar o, por lo menos, retrasar a los que son de la fe, utilizando incluso la Palabra para eso. «Esas dudas son las que causan problemas y destruyen al ser humano. Una vez que la persona conciba la duda, se vuelve débil para enfrentar cualquier situación», explicó el obispo Edir Macedo.
Lucha en la mente
Todos enfrentan, diariamente, ese conflicto entre la fe y la duda, que ocurre en el pensamiento. «Siempre viene una idea maligna del tipo “¿y si sucede esto o aquello?”, “¿y si no funciona?”. Su actitud debe ser la misma que Jesús, que reaccionó con la palabra de fe», enseñó el obispo.
Jesús respondió:
«Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios» (Mateo 4:4).
Es decir, Él mostró que lo que procede de la boca de Dios es cierto, lo que sucede es la realidad. Pero tú tienes que creer y mantenerte firme en ella para vencer las dudas.
Invierte en tu fe
Cuando recibes la palabra de fe, de esperanza, tu fe crece y, al mismo tiempo, la duda disminuye. Cuando llegan al mismo nivel, te vuelves fuerte para confrontar la duda. Por lo tanto, cuando la fe está arriba, tienes condiciones para enfrentar cualquier desafío.
«Cada vez que viene una duda, un pensamiento negativo, yo tengo la Palabra de Dios dentro de mí para responder. Es una guerra diaria que todos nosotros enfrentamos. El diablo usa al esposo, al amigo, al pariente, a cualquier persona para intentar desviar su fe e intentar dejarla en la duda. Por eso, solo confíe en la Palabra de Dios. Eso es trabajar con la fe inteligente», concluyó.
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