Acércate y conoce la Universal en Celaya, Guanajuato

Conocida como La Puerta de Oro del Bajío, Celaya, Guanajuato, cuenta con una gran riqueza tanto cultural como gastronómica.

Para los amantes de la cajeta, existe una diversidad de dulces elaborados con ella para deleitar el paladar.

También podrás contemplar la arquitectura de esta hermosa ciudad colonial y la tranquilidad de sus parques, el Xochipilli, por ejemplo.

Aunque la ciudad posea sus maravillas, no todos los habitantes son felices. Enfermedades, deudas, adicciones y depresión también intentan opacar el brillo de este lugar. Por tal motivo, la Universal h

a luchado día con día traspasando fronteras para ayudar a los que sufren y transmitir el mensaje de la Palabra de Dios.

Si piensas visitar este lugar, no te preocupes por faltar a alguna de las reuniones en la Ciudad de México, pues ahí también encontrarás una sede de la Universal y si eres habitante de este lugar, pero no sabías que hay una sede cerca, aprovecha, ¡las puertas están abiertas para ti!

Puedes visitarnos en Boulevard Miguel Hidalgo núm. 1311, Col. La Florida.

¡Te esperamos! Eres bienvenido.

«Pagué una deuda de 150 mil pesos»

«Tuve una fuerte caída que me provocó una desviación en la columna vertebral, la cual ocasionó que mi pierna se acortara. Esto me dejó totalmente imposibilitada para trabajar. No podía estar en paz y sin dolor en ninguna posición. Los médicos me habían dicho que quedaría postrada en una silla de ruedas, inválida de por vida. Pero no solo eso, me diagnosticaron diabetes y perdí la vista en un 70 por ciento a causa de un glaucoma, el final de aquel diagnóstico decía que perdería la vista en los dos ojos.

Junto con todas estas enfermedades, comencé a padecer insomnio y cuando dormía era por poco tiempo. Esto fue generando en mí mucho cansancio y cambiando mi carácter.

Obviamente, mi trabajo era deficiente. Comencé a endeudarme con tarjetas de crédito, el total fue de $150 mil en deudas. Y con toda esta situación era imposible pagarlas.

Empecé a alcoholizarme después de que mi madre murió y los pleitos en casa se hicieron presentes.

Pero, en la Universal, empecé a hacer mis votos, propósitos de oración y campañas de fe. He conquistado la sanidad total, tanto física como espiritual.

Además, Dios me dio las condiciones para pagar mis deudas, no tengo ningún vicio y la relación con mi familia ha cambiado.

¡Soy feliz y bendecida!».

Estela Cerritos

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