Promesas
“Venga a mí Tu misericordia, oh SEÑOR; Tu salvación, conforme a Tu dicho.” (Salmos 119:41).
Puedo desear muchas cosas en mi vida, sin embargo, mi fidelidad a Dios queda en primer lugar. De esa manera conservo Su protección, y me mantengo siempre atenta para no perder la preciosa salvación de mi alma, conforme a lo que fue prometido en Sus Palabras.
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