Tratos que se sellan con sangre

Satanás pide que sus seguidores derramen sangre. En cambio, Dios la derramó por todos

La sangre es vital, sin ella no hay vida. En la antigüedad, los hombres sellaban pactos con ella, era una manera de hacer que ambas partes cumplieran los compromisos acordados y que las alianzas fueran duraderas. En nuestros días, hay tipos de pactos que se cierran con sangre, pero no todos son bajo las mejores condiciones ni con los seres adecuados.

Se dice que mucha gente ha logrado sus objetivos mediante una alianza hecha con Satanás. Lo que no saben es que él «es mentiroso, y padre de mentira» (Juan 8:44). Les hace creer que recibirán “favores”, pero al final, no cumple con su parte del trato.

Los espíritus malignos exigen ofrendas, esto es, sacrificios de animales e incluso de seres humanos; también incitan a sus seguidores a flagelarse para derramar su sangre. Es así como obtienen el libre acceso para manipularlos y dominar su vida, además de quedarse eternamente con su alma.

También existe la otra cara de la moneda, la del bien. Cristo derramó Su Sangre preciosa en la cruz para salvar el alma y bendecir abundantemente a quienes elijan seguirlo. Él no le pedirá que se lastimen o se dañe a otros a fin de favorecerles.

Quizá te preguntes: ¿puede romperse una alianza con el mal sin sufrir consecuencias? Únicamente a través de la Sangre que el Señor Jesús derramó, es decir, creyendo en el sacrificio que Él hizo hace más de dos mil años a favor de la humanidad.

«Ese pacto se mantiene a través del sacrificio, pero no del sacrificio de animales o de este tipo, sino un sacrificio diario que consiste en renunciar a nuestra propia voluntad. Se trata de una entrega completa de vida. ¡No hay otra opción!», asegura el obispo Edir Macedo.
El Señor Jesús dijo: «… porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para perdón de los pecados.» (Mateo 26:28)

«Bebía sangre humana en rituales»

«Aunque tenía ocho años, recuerdo muy bien que mi padre le era infiel a mí mamá y a mí no me daba atención. Pasaron los años, pero eso no cambió. De hecho, cuando cumplí los 12, empecé a alcoholizarme y a fumar, y tampoco lo supo. Además, esto lo hacía con la finalidad de que se me olvidara lo que pasaba, para llenar mi vacío interior.

Más tarde, me involucré en el satanismo, participaba en rituales e incentivaba a otras personas que se cortaran la piel para que pudiera beber la sangre que derramaban. Además, comía carne cruda de animales, como puerco y buey, y esto se volvió una adicción para mí. Esto desencadenó que no pudiera dormir, así como que sombras extrañas me asustaran.

Al poco tiempo, a mi madre la invitaron a conocer la Universal, fue un viernes de Semana Santa. Primero, ella fue, y después nos invitó a mi papá y a mí. Desde esa vez, no dejamos de ir los viernes y los domingos. Obedecimos los consejos que nos daban, basados en la Biblia, y vimos resultados.

El matrimonio de mis padres se volvió sólido, se aman y hay fidelidad. Mi papá ya nos da atención. Poco a poco, dejé los vicios. Me arrepentí de lo que hice y dejé de practicar el ocultismo, solo así volví a tener paz. Ahora soy feliz.

Hoy en día, entiendo que solo un pacto con el Señor Jesús tiene el poder de deshacer cualquier vínculo que uno haya hecho con el mal.» -Ivette Rodríguez

Esta reunión se realiza viernes a las 7:30 am, 10 am, 12 pm, 4 pm y especialmente a las 7 pm en el Templo de los Milagros (ubicado en Av. Revolución, núm. 253, Col. Tacubaya), también puede participar en la Universal más cercana a su domicilio.

(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.