Esta es la fórmula que cambiará su matrimonio

El secreto lo dio el propio Dios

La fórmula que transforma el matrimonio nos fue otorgada por el propio Dios desde la creación del hombre, justo en Génesis:

“Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24).

“Cuando eso sucede, algo magnífico empieza a operar dentro de cada uno”, explicó recientemente el obispo Renato Cardoso.

Mencionando su propio matrimonio como ejemplo, él afirma que tras 28 años de casados, ellos llegaron a un nivel en la relación en donde ya no esperan nada el uno del otro, solo que permanezcan como están, y eso es magnífico.

No existen más reclamos e insatisfacciones de ninguna de las partes. Ambos ya renunciaron a todo lo que les impedía ser uno solo y, por eso, lograron la plenitud en el matrimonio.

No deje a su cónyuge en segundo plano

“Cuando llega a este nivel, no hay más exigencias. Si eso aún no ha sucedido en su matrimonio, es porque hay algo que usted aún no ha abandonado en beneficio de su pareja. Está aferrado a algo que le impide su entrega total al otro”, alertó.

“Por esa razón no logra volverse ‘uno’ con su cónyuge y él, consecuentemente, se siente infeliz e insatisfecho, pues nota que está siendo dejado en segundo plano”.

¿Qué le está impidiendo entregarse por completo a su relación y volverse uno con su cónyuge?

Tal vez está apegado a sus padres, a su trabajo, a sus objetivos personales. Sea lo que sea, mientras usted no renuncie, las exigencias siempre estarán presentes en su relación. Además de eso, ustedes nunca serán una sola carne y, consecuentemente, siempre estarán frustrados el uno con respecto al otro.

Proyecto de Dios

Para Cristiane Cardoso, el matrimonio planeado por Dios se asemeja a la relación de Dios con la Iglesia, en la cual la visión, los objetivos y los sueños son los mismos. Sin embargo, cuando la pareja tiene objetivos diferentes, no logran entregarse mutuamente.

Ella aclara lo siguiente: a pesar de que, aparentemente, hacen todo lo correcto dentro del matrimonio, los sueños personales los separan.

“Pero, la verdad es que usted solo será feliz si pone en práctica lo que la Biblia enseña sobre el matrimonio. Si usted quiere usar otra fórmula, no tendrá el matrimonio que Dios instituyó. No será feliz, porque esa es la única fórmula para obtener un matrimonio feliz y saludable”, destaca Cristiane.

El error de muchas personas es condicionar su propio cambio al cambio del otro. Mientras hagan eso, el matrimonio permanecerá estancado, sin ninguna perspectiva de transformación.

¿Qué le falta entregar?

“No se la pase exigiéndole al otro. Pregúntese: ¿qué no he entregado aún?”, aconseja el obispo Renato.

Además, Cristiane resalta que no se trata de perder su personalidad, sino de convertirse en una mejor persona. Ella explica que esa es la función del matrimonio: volvernos mejores personas. Pero, para que funcione, es necesario que haya entrega.

Del mismo modo, el obispo Renato explica que no hay nada de malo en tener objetivos personales, mientras no vayan por delante de su cónyuge.

“En el matrimonio, usted tiene que poner al otro en primer lugar, de lo contrario, su pareja va a sentir que está sobrando y no va a estar feliz. Ni usted estaría feliz si fuera tratado de esa manera”, señala.

Recuerde: si hay mucho por desear, es porque aún hay algo que entregar. ¡Piense en ello!

Para aprender más sobre cómo construir una relación feliz y saludable, participe en la Terapia del Amor. La reunión se realiza todos los jueves en el Templo de los Milagros, en Av. Revolución núm. 253, Col. Tacubaya. Los horarios son 7:30 a. m., 10 a. m., 12 p. m., 4 p. m. y, especialmente, 7 p. m.