Insomnio: 4 de cada 10 mexicanos lo padecen
De los 80 trastornos del sueño que existen, el insomnio también tiene origen espiritual
Se estima que existen más de 80 diferentes trastornos del sueño y según el director de la Clínica de Trastorno del Sueño de la UNAM, Reyes Haro Valencia, cerca de 40 millones de mexicanos padece alguno. Estos males pueden ser consecuencia del estilo de vida: estrés, sobrepeso, consumo de tabaco, cafeína, alcohol y drogas son las causas más frecuentes.
El insomnio, que se define como la dificultad para dormir o mantenerse dormido el tiempo necesario, puede combatirse eliminando la causa de origen, sean los malos hábitos, aumentando la actividad física, tratando la enfermedad causante del mismo o, en casos extremos, haciendo uso de somníferos. Pero ¿qué pasa cuando la causa es emocional o cuando aun siguiendo un tratamiento médico el problema persiste?
Mal del alma
Desde una perspectiva espiritual, el obispo Edir Macedo explica: «el insomnio frecuente es una de las mayores señales de que la persona sufre un mal espiritual. Este podría estarse alojando en su mente y hacer que no tenga sosiego, especialmente en las noches. Se disfraza de problema mental o emocional, pero puede ser más ligado al alma.»
Tratamiento
Entonces, si el insomnio también puede tener origen espiritual, ¿cómo combatirlo? La Universal invita a quien lo sufre a echar mano de la fe. En la Biblia está escrito: «Cuando te acuestes, no tendrás temor, sino que te acostarás y tu sueño será grato» (Proverbios 3:24).
Los días viernes se celebra la Sesión de Descarga Espiritual y la entrada es gratuita. Consulta las direcciones en la página 14, allí un sinnúmero de personas ha vencido este problema. ¡Tú también puedes lograrlo!
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«No podía dormir, no tenía paz»
«De tantos problemas que tuve en el pasado, intenté suicidarme ingiriendo pastillas. Todo comenzó cuando por la situación que vivía en casa caí en depresión. Sentía un vacío muy grande dentro de mí y, queriéndolo llenar, me involucré en la brujería y en el vampirismo —tomaba sangre de personas para “sentirme mejor”.
Vivía con tanto miedo que me era imposible dormir: en las noches tenía insomnio y mucho sueño en las mañanas porque no descansaba. Buscaba paz y no la encontraba en ningún lugar, la cabeza me dolía. Era frustrante e insoportable.
Al aceptar la invitación que mi mamá me hizo para que viniera a la Universal, participé en las reuniones de viernes y así logré dormir bien.
No fue de la noche a la mañana, pasé por un proceso que requirió perseverancia y disposición de mi parte, pero los resultados fueron muy notorios.
El miedo, los dolores de cabeza, el insomnio y los pensamientos de muerte se fueron, dejé la brujería, ese mundo de oscuridad y, con fe en Dios, mi vida se transformó.
El Dios vivo cambió tanto mi interior como mi exterior; de no interesarme por nada, ahora tengo deseos de realizar mis sueños y metas.
Sin duda encontré la salida correcta al acercarme al Señor Jesús.» -Ivette Rodríguez
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