1 entre 7 500 millones

En un mundo donde muchos desean destacar, ¿cómo puedes lograrlo?

El éxito es algo que todos quieren alcanzar. Algunos lo relacionan con ganar exorbitantes cantidades de dinero, otros creen que es posicionarse entre los grandes y unos cuantos piensan que es tener lo que los demás no han logrado. No obstante, este no se debe medir por la cantidad de bienes materiales, pues hay quienes aun teniéndolos no son plenos, sino por otra serie de factores.

«Ser exitoso es alcanzar la excelencia en las principales áreas de nuestra vida, esto es: tener estabilidad emocional y financiera, mantener amistades, ser feliz en el matrimonio, llevarse bien con la gente, alcanzar y superar metas…», afirma J. Edington, conferencista y autor del libro 50 secretos para el éxito.

Quizá, hay quienes piensan que esto es imposible, pues hasta un dicho refiere que “no se puede tener todo en la vida”. Pero ¿acaso nacimos para vivir restringidos? ¿Es coherente que por tener prosperidad no se pueda ser feliz en el amor, en la salud u otros ámbitos, o viceversa? Dios, Creador de todo, dice en su Palabra que vino para darnos abundancia en todos los sentidos (Juan:10-10).

¿Cómo ser exitoso?

Suele pensar que, a través del conocimiento, la preparación académica, el esfuerzo, la fuerza de voluntad, la persistencia, entre otras, son formas en las que se puede alcanzar el éxito. Si bien es cierto que estas pueden encaminarnos hacia él, no siempre son una garantía. No obstante, existe un método que a muchos les ha servido para no solo alcanzarlo, sino mantenerlo.

«En la caminata hacia el éxito, no se puede depender de nadie, además de Dios y de sí mismo. La salida hacia una vida de calidad es practicar la fe pura e inteligente, que nos aproxima a los pensamientos de Dios, a la visión que Él tiene para Su pueblo — que no es nada pequeña.», afirma el obispo Edir Macedo.

Contra hechos, no hay argumentos

En todo el mundo, un sinfín de personas ha comprobado que las promesas descritas en la Biblia no son utopía, pues con su fe hicieron que estas salieran del papel a la realidad. Entre ellas están las que solo conocían las carencias y, tras aliarse a Dios, probaron de sus bondades. Otras tal vez estaban bien en todas las áreas, pero no se sentían completas, hasta que encontraron al Señor.
Lo mismo puede suceder contigo y aún más. Tú puedes ser ese 1 entre 7 500 millones que destaque, que conquiste lo extraordinario de las manos de Dios, como está escrito en su Palabra: «El levanta del polvo al pobre, y al menesteroso alza del muladar, para hacerlos sentar con los príncipes, con los príncipes de su pueblo.» (Salmos 113:7-8)
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«Quienes me ven, me reconocen como exitosa»

«Una infidelidad de parte de mi esposo ocasionó muchos conflictos entre nosotros y que casi nos divorciáramos. Esta situación no solo me afectó emocionalmente, también en mi salud, tenía insomnio y depresión, le perdí interés a la vida. De igual forma, esto mermó mi economía, ya que iba a médicos buscando curarme, sin darme cuenta que eso era un problema en mi alma.

Pero, conocí el Templo de los Milagros. Allí, perseverando, encontré paz, me aferré a Dios y entendí que mi fe era una herramienta con la que se puede revertir cualquier situación negativa. Lo practiqué con constancia y vi que era cierto, puesto que, en primera instancia, logré perdonar a mi esposo y ahora somos un matrimonio feliz.

Más tarde, recobré la salud, las ganas de vivir, duermo bien y me siento alegre. Tras varios propósitos de fe, abrimos un negocio de compra y venta de mariscos, así como una tienda de abarrotes, que nos permitieron comprar nuestra casa y varias camionetas. Quienes me ven, me reconocen como exitosa» -Guadalupe Frausto