La ciencia quiere crear la “vida eterna”

Robocop, Terminator, Adrenalina, Transcendence, Chappie, el Fantasma del Futuro… Películas en las que el ser humano transfiere su conciencia a una máquina o se vuelven robots no faltan. Hasta hoy ese tipo de película es clasificado como “ciencia ficción”, pero Elon Musk está dispuesto a cambiar eso.

Musk es un sudafricano dueño de algunas de las empresas más importantes del planeta, como Solar City, SpaceX y Tesla. El joven de 47 años hizo mucho dinero al presentar innovaciones al mercado, con la forma de pago Paypal. Hoy el valor de sus empresas y propiedades llega a más de los 20 miles de millones de dólares.

El sudafricano ha ganado notoriedad por reinventar los carros eléctricos (“fiebre” en Europa actual), haciendo que su empresa se vuelva más valiosa que los centenarios FORD y GM. Musk también revolucionó el viaje espacial. Defendiendo la colonización de Marte, él empezó a reaprovechar partes de naves espaciales, algo que ni la NASA aún había conseguido, y abaratará la exploración espacial de manera inimaginable.

Y uno de los planes más audaces de Elon Musk es justamente transferir la conciencia humana a una computadora (mind-upload), pues así la persona sería capaz de vivir para siempre. Musk ya tiene científicos trabajando en el proyecto y cree que hasta la década de 2030 será posible hacer esa transferencia con ratones de laboratorio, quedando a pocos pasos de hacer lo mismo con humanos.

Fusionando al hombre y la máquina, Musk (y cientos de investigadores) creen estar creando la “vida eterna”, es decir, ellos juzgan que el fin del cuerpo humano es la muerte eterna y, por eso, quieren hacer que el hombre se convierta en una máquina.

Nueva invención vieja

Vida eterna, la vida después de la muerte del cuerpo humano… Cualquiera que ya haya leído la Biblia sabe que esos conceptos no son novedad. Más que eso, lo que Musk piensa estar haciendo Dios ya lo hace desde hace mucho tiempo: ofrecerle la Vida Eterna al hombre.

Hace aproximadamente dos mil años el Señor Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25).

Lo que Él estaba diciendo, según explica el obispo Edir Macedo, es que quien vive conforme a Sus enseñanzas no muere. El cuerpo pierde la vida, se descompone, y “eso es la muerte para las personas de este mundo, pero no es la muerte para Jesús”.

Pero la verdad es que “nosotros no somos un cuerpo. Nosotros no tenemos un alma. Nosotros somos almas. Nosotros tenemos un cuerpo… Ese cuerpo es la vestidura de nuestra alma”.

La verdadera Vida Eterna ya existe y está al alcance del hombre. Basta que él quiera.

“Cuando una persona de Dios muere (físicamente) no muere; pasa de este mundo, de este tipo de vida que está en el mundo, para la vida eterna que Jesús preparó cuando subió a los Cielos”, concluyó el obispo Macedo.