El Ayuno de Daniel

El Ayuno de Daniel

Por Departamento Web 2

Muchas personas usan la fuerza física y gastan tiempo en actividades que las alejan de Dios. Durante este periodo, la propuesta es dejar las distracciones a un lado y enfocarse en lo que más importa: el Espíritu Santo

En la actualidad, muchas cosas son motivo de distracción en la vida del ser humano. Las noticias, videos, videojuegos y redes sociales se han robado el tiempo de muchos. Nunca antes hubo tanta información disponible como hoy en día. El problema es que esa información compite por la atención de las personas y acapara un espacio valioso en sus mentes.

Además de ocupar el tiempo que debería destinarse a la familia o proyectos personales, esas distracciones también desvían la atención de las personas de lo más importante: la intimidad con Dios y la búsqueda del Espíritu Santo.

Muchos cristianos pasan largas horas viendo videos en internet o programas de televisión; sin embargo, al finalizar el día, se dan cuenta de que no invirtieron en su relación con Dios, que podría llevarse a cabo mediante la oración y la meditación en Su Palabra. De esta forma, también se apartan de la Salvación.

Medita en: Sacudiendo el trigo en el lagar

Es innegable que la tecnología ofrece herramientas útiles para la vida del ser humano, pero también es un medio usado por el mal para desviar la atención de las personas de la vida eterna. Así, muchos solo se preocupan por el ahora. Es por eso que los cristianos necesitan estar atentos a la manera en que llevan su vida y cuáles son sus prioridades, como lo hizo el joven Daniel.

Aun en una tierra extranjera, donde el pueblo era pagano, Daniel no dejó que nada contaminara su fe y su relación con el Creador. Como muestra la Biblia, él se excluía de las prácticas y los hábitos de la cultura del mundo que estaba a su alrededor. Daniel cuidaba su alimentación, su salud y oraba 3 veces al día (en la mañana, tarde y noche), aun cuando una ley determinó que nadie podía orar, excepto al dios de aquella nación.

Con base en el capítulo 10 del libro de Daniel, que relata el momento en que el joven decidió ayunar durante 21 días para buscar el favor, la sabiduría y el entendimiento de parte de Dios, la Universal promueve el Ayuno de Daniel. La edición de este año se llevará a cabo del 25 de junio al 16 de julio. Durante el periodo de 21 días, la propuesta es que los participantes se abstengan de información secular y distracciones.

Este propósito tiene como objetivo que cada persona rescate el tiempo perdido con distracciones para dedicarlo a lo que realmente es valioso, reflexione sobre la forma en que ha llevado su vida y busque nuevas actividades interesantes que le brinden aprendizajes sobre Dios y fortalezca su relación con el Creador por medio del ayuno y la oración.

El sacrificio por el Espíritu Santo

El obispo Edir Macedo comentó que serán 3 semanas de sacrificio diario y aprendizajes espirituales para que el Espíritu Santo habite en la vida de aquellos que aún no Lo conocen y sea renovado en el interior de aquellos que ya Lo encontraron. A final de cuentas, lo que garantiza la Salvación no son las obras o las acciones, sino una vida recta delante de Dios y Su Espíritu, que es dado como garantía de la vida eterna. «En Mateo 7:21, Jesús dice que no todos los que Lo llamaron Señor entrarán al Reino de los Cielos, sino aquel que hace la Voluntad del Padre que está en el cielo. Y, para eso, es necesario vivir conforme a los mandamientos dejados por Él, empezando por amar al Señor por encima de todas las cosas y con toda su vida y, consecuentemente, amar al prójimo», explicó.

Viviendo el amor al prójimo

El obispo Macedo incluso informó que esta campaña del Ayuno de Daniel no será solo para el fortalecimiento espiritual y recibimiento del Espíritu de Dios por medio del ayuno de información y actividades seculares, sino también para intensificar la práctica del segundo mandamiento dejado por Jesús, que es amar al prójimo: «haremos un ayuno diferente. En este ayuno, incluiremos el amor al prójimo. Entonces, en estos 21 días haremos el bien para quien está cerca de nosotros, como el cónyuge, parientes, amigos y compañeros de trabajo».

Para muchas personas, hacer el bien incluso para quien te hace el mal puede ser un gran sacrificio. No obstante, el obispo enseñó que cada uno debe hacer por el prójimo el bien que le gustaría recibir, incluso por aquellos que las ofendieron de alguna forma: «por el Espíritu Santo vale la pena todo y cualquier sacrificio, porque si la persona comienza a poner en práctica el amor al prójimo, su vida será diferente, pues el propio Espíritu Santo le dará dirección y conducirá su pensamiento», concluyó.

Aprovecha esta oportunidad

No dejes que esta oportunidad pase: participa en el Ayuno de Daniel e incentiva a tus familiares y amigos a vivir la esencia y el crecimiento proporcionado por este propósito. Aprovecha para estar más cerca de Dios, recibir una transformación de vida y volverte una mejor persona.

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